lunes, 16 de enero de 2012

E N S U E Ñ O



Les envió unas vistas de ensueño de mi terruño querido, en el que podemos apreciar el momento inmediato a la puesta del sol con esa maravillosa gamma de colores que nos ofrece la madre naturaleza y la presentación de la bóveda celeste, que presenta sus primeras estrellas y luceros testigos de las noches cálidas de Coyuca, con la poesía del Poeta de la Costa Chica de Guerrero Rubén Mora Gutiérrez.



Costa jocunda y risueña
como puede ser la costa,
mujer de cintura angosta,
de ardiente carne trigueña,
dentro de tu alma costeña
plantó su feria la vida,
tu sangre es llama encendida,
tu carne es carne de anona;
"güeles" como hembra sazona
bañada de agua florida.

Yo quise lazar a una
linda potranquita ingrata
en una noche de luna
y por mi mala fortuna,
se me hizo coca la reata.

Lazadores de la pampa
la vieron dar la estampida
y prendados de su estampa,
cerraron con una trampa
la vereda de su vida.

Potranca de mis amores
que no pude manganear,
porque hubo otros lazadores
que más listos y mejores
me ganaron a lazar.

Yo quise ser el primero
que te pusiera la silla;
pero nunca falta un pero
que haga un cuatro tan cuatrero
de una cosa tan sencilla.

Ya no me podrán tumbar,
reparando, tus antojos,
ni podré ya disfrutar
del placer de cabalgar
sobre el andar de tus ojos.

Pero tú también perdiste,
para evitar el contraste
en mi vida siempre triste,
la silla que no luciste
y el freno que no gustaste.

Y aunque he vivido muriendo
por tu carita de cielo,
como lo has venido viendo,
¡si en mi vida hay un remiendo,
los dos quedamos al pelo!

si yo no pude poner
aquella trampa sin cuate
donde viniste a caer,
no llegaras a saber
el sabor de mi mecate.

Y yo, que entre lazadores
para mi mal te dejé
potranca de mis amores,
como otros son tus señores,
justo es que camine a pie!


Del maestro Rubén Mora Gutiérrez
De Santiago Cuautepec, Gro.



drserna@hotmail.com



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